El Bloc de l'Albert

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Roses, Alt Empordà
Catedràtic de Geografia i Història a l'INS "Cap Norfeu" de Roses (Alt Empordà)

dimarts, 13 d’octubre del 2015

La otra España

D’Unamuno (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) a El Liberal (15-X-1920). Fa uns cent anys la festa espanyola d’avui -de la Raza o de la Hispanidad- era discutida a la premsa de Madrid. 
MIGUEL DE UNAMUNO 1920  Peces històriques triades per Josep Maria Casasús



Eso de la Fiesta de la Raza ha pasado en toda España como otra liturgia cualquiera oficial, por ejemplo, la de las aperturas de los cursos académicos. Y es que ni se crea, ni siquiera se fomenta sentimientos, cuando los hay, con esas ceremonias de real orden. Más bien se les perjudica. Dejemos a un lado lo de la raza, que es término harto oscuro. Valdría más haber dicho de la Lengua, o de la Historia. La raza no la sentimos en otro respecto, como no se trate de esas, ya muy marcadas, que se distinguen por peculiaridades corporales de mucho bulto y por el color de la piel. Si no fuera por la lengua, un español no se sentiría más cerca de un cubano, un colombiano, un chileno o un argentino que de un italiano o un francés. Por la lengua y los que saben historia, que son los menos, que son un número insignificante, por la historia. Y se da el caso de que a un Benito Juárez, verbigracia, heroico padre de la patria mejicana, podemos comprenderlo y sentirlo siendo así que por sus venas no corría, según parece, sangre caucásica o de blanco europeo. La verdad verdadera es que la América es hoy para los más de los españoles un país de refugio, una tierra a que se va a redimirse de la servidumbre económica, a poder vivir. Se van los que pueden. Y no vamos otros porque no podemos ya ir. ¡Ah!, si el que esto escribe fuese más joven y no estuviese prendido al suelo de esta vieja España por raíces de hábitos de necesidad, habríase ido ya. Y habríase ido en busca de España, de su España, que no encuentra aquí, a buscar algo siquiera de lo que aquí pudo haber llegado a ser. ¿Pudo? […] La teoría de esta emancipación la formuló, mejor que otro alguno, el argentino Mariano Moreno. Las colonias americanas dependían, según su doctrina, de la Corona española, no del pueblo español, y al desaparecer esa Corona, a consecuencia de la intrusión napoleónica, se rompía el lazo que ataba a las diversas Españas y los pueblos de éstas resumían su soberanía. Era la doctrina patrimonial aprovechada para la liberación democrática y popular. […]